Después de casi siete años de colaboración con el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), organización europea que se dedica a la investigación en física de partículas y que se encuentra ubicado en la ciudad de Ginebra, Suiza, queremos expresar nuestro profundo agradecimiento y reconocer el esfuerzo del equipo de Aernnova, que ha demostrado su dedicación y capacidad para enfrentar los desafíos científicos y tecnológicos de este entorno tan avanzado.
Esta experiencia ha sido un paso fundamental para aplicar tecnologías pioneras en la industria aeroespacial. Gracias a esta colaboración, Aernnova está ahora mejor preparada para liderar el desarrollo de soluciones innovadoras en el sector aeronáutico y contribuir activamente a la evolución de la industria.
El CERN, uno de los centros de investigación científica más destacados a nivel mundial, marca el ritmo en el desarrollo y aplicación de algunas de las tecnologías de vanguardia, abriendo el camino hacia nuevas oportunidades, incluidas las aeroespaciales. Ser parte de este laboratorio de investigación nuclear ha permitido al equipo de Aernnova integrarse en un entorno de innovación constante, colaborando con expertos en diversas disciplinas y desarrollando proyectos innovadores en superconductividad, criogenia y ultra alto vacío, aplicados en nuevas generaciones de imanes (de hasta 20 Teslas en desarrollo) y cámaras de radiofrecuencia para la aceleración de partículas.
El CERN no solo es un referente en física de partículas, sino también en el desarrollo de innovaciones que han transformado la vida cotidiana.
Entre los ejemplos más conocidos: el World Wide Web en 1989; los avances en escáneres y resonancias magnéticas, que han revolucionado la medicina; las pantallas táctiles; los auriculares miniaturizados con imanes de niobio; y los detectores y sistemas de control de radiación, esenciales para la seguridad en hospitales y aeropuertos.
A lo largo de estos años, el equipo de Aernnova ha adquirido conocimientos valiosos en tecnologías de alta precisión y entornos extremos, abriéndose un abanico de aplicaciones potenciales en el sector aeroespacial. La superconductividad y la criogenia, fundamentales en el CERN para crear campos magnéticos de hasta 11 Teslas que guían partículas en los aceleradores, pueden mejorar la eficiencia y reducir el peso de los sistemas eléctricos en aeronaves, permitiendo el desarrollo de motores y generadores más compactos y potentes. Además, la experiencia adquirida en diseño criogénico y sistemas de vacío extremo es aplicable en la creación de sistemas de propulsión y almacenamiento de combustible para entornos hostiles, como el espacio.
También hemos tenido la oportunidad de explorar nuevas tecnologías de impresión 3D, trabajando con distintos materiales, desde plásticos hasta metales, tanto rígidos como elásticos, que permiten fabricar componentes personalizados en ubicaciones remotas, algo fundamental para misiones espaciales.
Más allá de la ciencia, esta experiencia en el corazón de Europa nos ha permitido conocer culturas y paisajes extraordinarios, rodeados de montañas, lagos y ciudades históricas. Hemos compartido momentos inolvidables con personas de todas las nacionalidades, como disfrutar de un chocolate caliente tras una jornada en las pistas de esquí.
Este proyecto ha sido, sin duda, una etapa única para Aernnova y estamos emocionados por lo que el futuro nos depara en la industria aeroespacial.